Lunes: Vocación a la vida. Basílica de Begoña. Eucaristía, a las 10:00 h.
Martes: Vida consagrada activa e Institutos seculares. Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Tívoli, a las 18:30 h.
Miércoles: Vida Consagrada Contemplativa. Monasterio del Pilar. Clarisas Capuchinas de Basurto, a las 19:00 h. (Vísperas)
Jueves: Sacerdotal. Seminario diocesano, de Bilbao, a las 19:30 h.
Viernes: Misionera. Parroquia Santiago Apóstol de Ermua, a las 19:00 h.
Sábado: Laical. Parroquia San Vicente de Bilbao, a las 18:00 h. (Adoración tras la eucaristía)
Domingo: Diaconal. Parroquia de San Luis Beltrán, de Bilbao, a las 19:00 h.
Para ello, te proporcionamos este material con una oración concreta para cada día.
ORACIÓN POR LOS EDUCADORES, EDUCADORAS CRISTIANOS
Hoy, Jesús, queremos darte las gracias por los educadores, las educadoras que dedican su vida a acompañar, escuchar y orientar.
Gracias porque son buscadores de verdad, capaces de ver la vida con hondura, de leer los corazones, de enseñar a amar en la tarea cotidiana del aula, en los encuentros del patio o en las salidas del tiempo del tiempo libre.
Gracias porque iluminan las dificultades de la vida, abren caminos de sabiduría, de fraternidad y solidaridad.
Gracias porque hacen que nos sentimos personas valiosas, hijas e hijos queridos de Aita-Ama Dios y nos invitan a trabajar juntos en la construcción de un mundo más justo, pacífico y humano.
Te pedimos, Jesús, que los cuides y bendigas cada día.
Amén
Señor Jesús, te damos gracias por el don precioso de las vocaciones, y especialmente por aquellos que han respondido con generosidad al llamado de seguirte en la vida consagrada e institutos seculares.
Gracias por aquellos que, con corazón dispuesto, entregan su vida completamente a Ti en servicio, amor y oración.
Te pedimos que sigas llamando a hombres y mujeres a vivir la belleza de la consagración, en la vida religiosa o en los institutos seculares, siguiendo el ejemplo de tu amor, pobreza, castidad y obediencia.
Que, como tú, se entreguen sin reservas, viviendo con radicalidad la vida que les has propuesto.
Te rogamos, Señor, que siembres en los corazones de muchos el deseo de seguirte más de cerca, y que tu gracia les dé la fortaleza para responder generosamente a tu llamada.
Dales sabiduría y discernimiento para vivir su vocación con alegría y para ser luz en medio de un mundo que necesita de tu amor.
Amén
Señor Dios, te damos gracias de todo corazón por el don maravilloso de la vida consagrada contemplativa.
Gracias por aquellos y aquellas que han respondido a tu llamado con generosidad y entrega, y que, apartados del bullicio del mundo, se entregan por completo a Ti en oración, meditación y servicio silencioso.
Te agradecemos, Señor, por su fidelidad a tu llamado, por su vida de dedicación total, por su compromiso de vivir en la soledad y el silencio, ofreciendo cada momento de su existencia como un sacrificio de amor.
Ellos son luz y refugio para la Iglesia, y su testimonio de oración y sacrificio fortalece a todos los creyentes.
Bendice, Señor, a todas las personas que viven esta vocación, susténtalas en su caminar, danles paz, consuelo y fortaleza para seguir su misión, y que su vida contemplativa sea siempre un signo visible de tu amor incondicional y de tu presencia en el mundo.
Amén
DIOS PADRE NUESTRO,
tú enviaste a tu Hijo, Palabra eterna, para redimir la humanidad, llenarla de luz y de amor, y poner esperanza en el corazón de todos los hombres.
Concédenos sacerdotes santos, que siembren la esperanza en todos los fieles, que viven bajo el peso del pecado y están agobiados por tantas dificultades.
SEÑOR JESUCRISTO,
tú eres sacerdote eterno, el Sembrador que esparce la semilla del amor y del perdón.
Que tus sacerdotes se configuren contigo para ofrecer tu misericordia y tu amor.
Haz que tu Palabra penetre en nuestros corazones para que demos fruto abundante en este año jubilar.
ESPÍRITU SANTO,
tú eres el soplo divino que penetra hasta lo íntimo de cada corazón.
Tú eres el fuego divino que quema la escoria y el agua divina que riega lo árido.
Envía a tu Iglesia sacerdotes con espíritu jubilar para acompañar a los fieles en la peregrinación de este mundo y poder ser todos "sembradores de esperanza".
Amén
ORACIÓN POR LA VOCACIÓN MISIONERA
Ven, Espíritu Santo, ¡muévenos! Danos tu fuerza y tu inspiración para salir del terreno conocido e ir más lejos, más allá, ¡hasta el confín de la tierra!
Llévanos a redescubrir la alegría de la fe compartida, comunicada con las obras sencillas y con esa palabra justa que Tú das en el momento preciso y en el modo apropiado.
Sigue moviendo a los misioneros y misioneras, y muevenos también a nosotros a ir más allá con nuestra oración y con nuestra caridad. Haznos vivir la misión para ser lo que realmente somos: testigos de Cristo y de su amor.
Señor, yo quiero ser amor en movimiento, como Tú. Te lo ruego: pon en marcha al misionero y misionera de esperanza que llevo dentro, para que cuente lo que he visto y oído a todos mis hermanos y hermanas del mundo.
Señor, contigo he visto y oído que las cosas pueden ser diferentes; que el desánimo y el cansancio no tienen la última palabra, porque Tú no abandonas a nadie al borde del camino.
Contigo he visto y oído que Tú vives y quieres que yo también viva, que eres bondad y misericordia, y que me envías a compartir este anuncio –el anuncio más hermoso– dejando brotar la alegría con la que inundas mi corazón.
Amén
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES LAICALES
Señor Jesús, te damos gracias por el don de nuestro bautismo, por habernos llamado a ser tus hijos e hijas, llamados a vivir en el mundo pero no ser del mundo.
Hoy, con humildad y confianza, nos acercamos a Ti, reconociendo la grandeza de tu amor y la misión que nos has encomendado.
Te pedimos, Señor, que fortalezcas y guíes a todos los laicos y laicas, que viven su vocación en medio de las realidades cotidianas, en sus familias, trabajos, y comunidades.
Que, permaneciendo en el mundo, sean luz, sal y testigos de tu presencia en cada rincón de la vida.
Haz que vivan con valentía su bautismo, que su vida sea un testimonio de fe, esperanza y amor, y que no tengan miedo de entregar su ser completo a Ti, trabajando por la justicia, la paz y el bien común.
Que en su quehacer diario, sean instrumentos de tu Reino, transformando el mundo con el poder de tu amor.
Señor, derrama tu Espíritu sobre todos nosotros, para que vivamos nuestra vocación con alegría y generosidad, siguiendo el ejemplo de tu vida, y siendo testigos de la gracia que nos has dado.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
MARÍA,
Maestra de fe, que con tu obediencia a la Palabra de Dios, has colaborado de modo eximio en la obra de la Redención, haz fructuoso el ministerio de los diáconos, enseñándoles a escuchar y anunciar con fe la Palabra.
MARÍA,
Maestra de caridad, que con tu plena disponibilidad al llamado de Dios, has cooperado al nacimiento de los fieles en la Iglesia, haz fecundo el ministerio y la vida de los diáconos, enseñándoles a donarse en el servicio del Pueblo de Dios.
MARÍA,
Maestra de oración, que con tu maternal intercesión, has sostenido y ayudado a la Iglesia naciente, haz que los diáconos estén siempre atentos a las necesidades de los fieles, enseñándoles a descubrir el valor de la oración.
MARÍA,
Maestra de humildad, que por tu profunda conciencia de ser la Sierva del Señor has sido llena del Espíritu Santo, haz que los diáconos sean dóciles instrumentos de la redención de Cristo, enseñándoles la grandeza de hacerse pequeños.
MARÍA,
Maestra del servicio oculto, que con tu vida normal y ordinaria llena de amor, has sabido secundar en manera ejemplar el plan salvífico de Dios, haz que los diáconos sean siervos buenos y fieles, enseñándoles la alegría de servir en la Iglesia con ardiente amor.
Amén
Puedes descargar el Programa aquí:
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada por las Vocaciones Nativas.pdf (23 Mb)
Bokazinoen aldeko Munduko Eguna eta Tokian tokiko Bokazinoen Eguna 2025.pdf (23 Mb)